Instantánea
No hace falta conocer a alguien para enamorarse. Su única presencia puede alterar tu ritmo cardíaco hasta la catarsis. Observas el viento ante la borrosa percepción de su ser. Sientes como vuela, te susurra, y te incita al invierno. Las hojas corren a tu lado, y discuten por ser las primeras en besar la gélida sombra de lo infinito, de lo inmenso, del amplio poder de las energías. Vuelas con ellas, y con su mirada, mientras todo ello se funde en un cálido abrazo. Te alejas del mundo y te conviertes en una simple pero grandiosa energía.
Te enamoras de la
vida, y te enamoras.
Christian.
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