lunes, 9 de diciembre de 2013

Y un día empieza...

Amanece. Buenos días. Los primeros rayos de un sol insistente en salir cada madrugada atraviesan los entresijos de las ventanas de cualquier estancia de la casa en la que penetran iluminando a las figuras antes oscuras que deseaban que no amaneciera para que una noche eterna que en aquellos instantes poseían perdurase impertérrita al temible paso del tiempo. Pero es hora de empezar un nuevo día. Es hora de parar el despertador y levantarse para afrontar las sorpresas que el destino, siempre confuso, nos deparará para,quien sabe, una gloriosa jornada. Te sientas a la mesa y, con los primeros nutrientes del desayuno, empiezas a vislumbrar tus intenciones para este día que comienza. Y mientras pasan los segundos, mientras eliges las herramientas que facilitarán los fines propuestos para ese día, te preguntas si ese día, si esas 24 horas que te esperan por delante antes de volverte a sumir en un profundo sueño que borre los recuerdos de ese día...te depararán algo que haga que pienses que tu vida es, en esencia, especial del resto de las vidas de la gente que te rodea mientras vas sentado en el autobús mirando por una ventana que recoge las diversas gotas de lluvia que se resbalan a lo largo de un cristal que parece no tener fin. Y las sigues, únicamente para ver su final, su muerte...su injusta desaparición. ¿Qué suerte habrá sido la que ha deparado que sea yo el que mira la gota y no ser la propia gota que ahora ya no existe? El no ser parte de esa intensa lluvia que parece que no va a amainar nunca hace que reflexiones aún más sobre los recuerdos que posees, las vivencias, los sentimientos...sobre, en fin, la vida.

Finalmente llegas a tu destino y sigues completando una rutina que hace que te sientas seguro con lo que en ella hay; pero que también ahonda en ese vacío que sientes, en esa impotencia por no obtener algo que la rompa. Algo que, aunque sabes que depende de ti que ocurra, no te atreves a intentar que pase pues puede que esa alteración te arruine la seguridad que te proporciona esa odiosa rutina, esos mismos objetivos día a día que en el fondo piensas que nunca acabarán. Acabas de trabajar y subes al autobús de vuelta, satisfecho con la faena realizada y pensando que a la larga obtendrás esa recompensa por la que todo lo que estás trabajando cobrará sentido. Y en ese momento de “felicidad” falsa y momentánea te olvidas de las meditaciones anteriores sobre la rutina, pensando que han sido reflexiones infantiles que en este mundo cruel y real no tienen cabida. Bajas del autobús de vuelta y, en el trayecto que ocupa desde el vehículo a tu casa te fijas en que ya ha parado de llover y, sin quererlo, te llega ese adorable perfume que la naturaleza te ofrece de tierra mojada, aromatizada con el perfume que estornudan las flores. Y disfrutas ese momento que crees irrepetible. Además, si te fijas, las palomas que se escondían por la lluvia levantan ahora el vuelo, batiendo sus enérgicas alas hasta encontrar el lugar más idóneo para posarse. Y las observas volar, pareciéndote el ave más majestuosa que hayas visto en largo tiempo. No sabes por qué, pero sonríes.

Al cabo de muchas horas de duro trabajo, llegas a casa, exhausto. Lo único que querrías sería relajarte de la mejor forma que quieras...pero sabes que tienes más trabajo y debes hacerlo. Llega un momento en el que piensas en romper esa rutina, en salir de ese círculo de seguridad y protección y revelarte contra el tedio de trabajar para una sociedad que en el fondo te explota. Piensas que ya está bien, que ya basta de ser un esclavo al servicio del inexorable paso del tiempo. Te merecerías vivir, disfrutar de los segundos, no sufrirlos. Todo esto es muy bonito, pero desgraciadamente solo lo piensas. Te levantas y comienza el trabajo vespertino. Tras varias horas de trabajo frente a la pantalla del ordenador te paras un momento a observar algo que capta tu atención, el color ya rojizo del sol confirmando el atardecer ilumina tu salón y hace que, poco a poco, este astro vaya escondiéndose tras los edificios hasta finalmente desaparecer. La luz ya huye de tu salón y, finalmente, de tu vida.

Acabas al fin el trabajo de hoy y comienzas a preparar la cena, lo último que ingerirás antes de dormir. Al acabar, decides ver las noticias con la esperanzas de que algún hecho increíble e inesperado haya cambiado un mundo horrible y feroz. Pero desgraciadamente solo encuentras malas nuevas...así que decides dejar de tener los ojos abiertos. Llegas a tu cuarto y abres la cama, estancia que albergará tus mejores sueños al igual que tus peores pesadillas. Te fijas en que a través de la ventana que esta mañana dejaste abierta se cuelan sigilosos todos y cada uno de los rayos de una luna llena brillante que reina en la inmensa bóveda celeste nocturna. Deseando que este sea tu último recuerdo, decides dormir. Apagas la luz.

Buenas noches.


Carlos Masia Molina



sábado, 23 de noviembre de 2013

Instantánea

          No hace falta conocer a alguien para enamorarse. Su única presencia puede alterar tu ritmo cardíaco hasta la catarsis. Observas el viento ante la borrosa percepción de su ser. Sientes como vuela, te susurra, y te incita al invierno. Las hojas corren a tu lado, y discuten por ser las primeras en besar la gélida sombra de lo infinito, de lo inmenso, del amplio poder de las energías. Vuelas con ellas, y con su mirada, mientras todo ello se funde en un cálido abrazo. Te alejas del mundo y te conviertes en una simple pero grandiosa energía. 

                                                               Te enamoras de la 
                                                     vida, y te enamoras.




                                                                                                        Christian.



viernes, 22 de noviembre de 2013

Juguemos a ser Dios

¿Por qué seguir las normas establecidas? ¿Por qué aceptar unos valores obsoletos con los que no estamos de acuerdo? ¿Por qué creer ciegamente en unas ideas si puedes crear las tuyas propias?

La sociedad nos ciega. Nos dice qué está bien y qué está mal. Debemos confiar y actuar como nos digan. No pensamos, nos “dejamos llevar” dentro de las pautas preestablecidas que nos inculcan.

Tenemos bases más que suficientes para labrarnos nuestro propio pensamiento, nuestras propias ideas. Abramos los ojos. Dejemos de creer.

No digo más. No pretendo convencer. ¿Quién soy yo para deciros lo que debéis hacer? Juguemos a ser Dios.


Irene Abarca.

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿Qué es el arte?


La sociedad de hoy en día parece tener muy claro lo que significa el concepto de arte cuando se oye en boca de otra persona. Para la sociedad de hoy, una obra de arte puede ser un cuadro bello, profundo; una escultura bien tallada, esbelta...O un edificio, una arquitectura inmensa con grandes salones y miles de habitaciones, con una fachada inusual o miles de ventanas en ella.
Pero, ¿Acaso no es arte un amanecer? ,¿ No es una de las mejores obras de arte el contemplar la luna llena en una noche estrellada del cielo nocturno? Pienso que aparte de en los museos, las ciudades...El arte se encuentra en cualquier sitio que tu te lo propongas. Arte es el delicado vuelo de una mariposa dispuesta a polinizar la más bella de las amapolas. El arte se encuentra donde el ser humano quiere encontrar arte. Y ese arte es mucho más preciado ,o debería serlo, que el que se expone en los museos.  Además es el más subjetivo del mundo, puesto que una sonrisa puede ser valorada como el más radiante de los regalos o como un castigo, sabiendo que no se dirige hacia ti. Un paseo por la playa es arte, el mirar las olas que rompen a la orilla del mar es una imagen que valoras más que observar el cuadro de Las Meninas. Estos momentos son gratis y pueden y probablemente serán más recordadas que visitar el más bello de los monumentos. Por eso, nuestra vida es una constante obra de arte irrepetible que vamos construyendo a lo largo del tiempo y que se va cimentando con las experiencias que vivimos a diario. Dibujemos en nuestros recuerdos las más intensas obras de arte que invadan nuestra vida de felicidad. Valoremos cada segundo, puesto que en cada uno estamos dibujando en nuestra memoria una obra de arte que tendremos para siempre.  

Arte es todo lo que el hombre llama arte. El mejor lienzo donde se dibuja esa obra de arte es nuestro imborrable recuerdo que perecerá con el olvido, pero que trabajando día a día para recordarlo, no se borrará nunca. Una sonrisa, una lagrima...las mejores obras de arte. Unas obras que siempre serán tuyas y solo tuyas.


                                                                                                        Por Carlos Masia.

martes, 12 de noviembre de 2013

Tú, lee esto.

¿Qué esperas aprender con esto?
Deja de mirar la pantalla cuando acabe éste párrafo y piensa en lo que te gustaría que se te suscitara, aquello en lo que quieres profundizar, ese ámbito en el que te quieres sumergir hasta lo más profundo de la cuestión por un interés apasionado. ¿Qué quieres leer?

¿Ya está? ¿Ese es todo el tiempo que vas a dedicar a tus voluntades? Algunos ni siquiera habrán seguido la propuesta y se han ceñido a seguir haciendo lo que solo saben hacer. Esperaba que no volvieras tu mirada a este texto, que no tuvieras porque leer lo que sigue a continuación.
Sois escoria. Los que ya se desprendieron del morbo y se desmarcaron en su propia búsqueda de interés nunca leerán esto. Seguro que esta página es una nueva pestaña que has abierto para no dejar de mamar de tu mamá que tiene cara de libro, o eso dice… De “click” en “click” te mueves como títere, te llevan de la mano y lees lo que te tiran a la cara. Wiki solo es el diminutivo de la señorita que te ayuda con tus deberes. ¡Te encanta la fotografía! Pero no tienes ni idea de Lumière, de Philippe Halsman, ni de Steve Winter sino de la infinita lista de amigos que hacen “grandes peripecias” fotográficas. Tu bagaje musical queda reducido a una lista de 40, que como dicen que son los principales… El cine solo es lo que acompaña a un buen atracón de palomitas y los efectos especiales es lo único que estimula tu cerebro. ¿Para que vas a saber quién es Coppola, Kubrick, Hitchcock, etc si sabes quién es Torrente? La televisión es quien te presenta todos tus ídolos, y como tu garganta es un pozo, te tragas lo que te echen. Formas parte de una basura apestosa que se arrastra por la superficialidad tirada por los mayores gamberros de la historia. A alguien le tocaba ponerse el mono de basurero, para los que os preguntéis “¿Éste que dice?” Déjalo, no sé qué haces leyendo aún si aquí no se habla de Miley Circus…


¿Cuánto tiempo habías pensado dedicar a leer al principio del texto? Seguramente si hubieras visto una longitud de párrafos considerable ni hubieras empezado. Por eso no me quiero extender mucho más…

Ser críticos nos constituye y nos hace superarnos entre nosotros. Solo quiero ser ídolo de mi mismo. Follo con mi mente todas las noches y, en ocasiones, doy a luz engendros que me asombran. Quien es digno de mi admiración puede darse por bien pagado porque eso vale más que todos los “me gusta” que tan fáciles son de “clickar” para espectros como tú. Cultívate porque eres lo único que tienes, y si no lo haces, es porque no te valoras.

Mendigor.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Las influencias

"No hay influencia buena; toda influencia es inmoral, inmoral desde el punto de vista científico. Influir sobre una persona es transmitirle nuestra propia alma.” -"El retrato de Dorian Gray", 1891. Oscar Wilde.

Las influencias, desde un punto escéptico, destruyen la libertad de acción ya que no obramos por nosotros mismos al completo sino que nos vamos formando el carácter por obra de los sujetos que nos rodean.
Pongo como ejemplo esta frase que aparece en el libro de Dorian Gray.
Dorian es un joven burgués, muy bello e ingenuo que descubre la frialdad del mundo en las palabras del cínico Lord Henry Wotton. Pero, ¿cómo hubiera cambiado la obra de no existir la influencia de Lord Henry en Dorian? ¿Dorian se hubiera vuelto  una persona fría y cruel?


Sinceramente, pienso que es imposible alejarse de influencias o experiencias heredadas de otros,  ya que el ser humano vive en sociedad, pero si pienso que es importante que el ser humano razone y sobre todo discierna lo que le es bueno.








Pablo Ferrer.

domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Qué hacer?

Estando en un bar tomando unas cervezas con mi amigo Enrique, surgió un tema de conversación bastante interesante y de la más reciente actualidad.

E -¿Por qué los estudiantes hacen huelgas y manifestaciones?
D -Porque están en contra de las reformas de la LOMCE.
E -¿Y por eso salen a las calles a manifestarse?
D -Sí, para mostrar su descontento y su renuncia hacia esas reformas.
E -¿Y han conseguido cambiar algo?
D -Pues la verdad es que de momento no.
E -¿Por qué?
D -Porque los que tienen que escuchar y ver cierran sus ojos y sus oídos.
E -Entonces, ¿no sería mejor hacer algo para que no les den la espalda en vez de simplemente hacer protestas que no encuentran destino? ¿Una alternativa con la cual no hiciese falta salir a la calle o dejar de asistir a clase?
D -Desde luego. ¿Pero cuál es la solución?
E -Pues para la primera cuestión espero que me des tú la respuesta (a decir verdad esto me inquietó).
D -¿Y para la segunda?
E -Para la segunda cuestión: desobediencia civil.
D -Explícate.
E -No hace falta, ya se explica él sólo: “La desobediencia civil” y “Walden”, de Henry David Thoreau.

Quizás tenga razón y ahí esté la solución.



Diego Navarrete


miércoles, 6 de noviembre de 2013

El tiempo, el peor enemigo del ser humano.

       Creer que el tiempo no pasa es una maldita ilusión que a todos nos acecha en algún momento de nuestra vida. Desear que las agujas del reloj se paren al instante. No tener miedo de que amanezca para tener que recordar, pues sin tiempo se podría vivir para la eternidad. Cambiar todo por un segundo más, para que esos odiosos segundos se detengan y poder, por ejemplo, contemplar algo tan bello que temes que el tiempo lo marchite, que temes que el tiempo lo haga desaparecer. Una estrella, una cara, una sonrisa, un beso...todo eso se lo lleva el tiempo, irreparable y eterno problema que no podrá la humanidad parar. Todos hemos tenido en nuestra vida un momento que, al no creernos que estuviera pasando, observábamos siempre de reojo un artefacto que parecía que quisiera que finalizara... Dándonos un tiempo que creíamos que era infinito, hasta que nos dábamos cuenta de que comenzaba a amanecer y que ya solo quedaban recuerdos. Recuerdos que entonces maldecimos por no poderlos vivir a diario y tener una vaga pero intensa idea de lo que la salida del sol o el sombrío y hermoso anochecer nos arrebató... Quizás para siempre. Por ello, cuando estemos viviendo un momento que probablemente recordaremos cuando el sol salga tras una grandiosa noche, o cuando la luna reine en la oscura bóveda celeste tras una jornada inolvidable, no miremos el reloj, hagamos que esa noche y ese día forme parte de nosotros y que no tengamos que depender de un tiempo que sabemos que siempre irá en nuestra contra.

       El tiempo es el mayor enemigo de las ilusiones, pues con su paso pretende acabar con todas. Por esto, vivamos cada segundo,  no por nosotros... Porque la vida no está para perder algo que nos está maltratando a diario. " El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento" - Platón






                                                                                                                             Carlos Masia.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Influencias


El ser humano es un animal altamente influenciable. No somos lo que hacemos de nosotros, somos lo que otros han ido construyendo en nuestra persona.
Cada individuo que ha pasado por nuestra vida ha dejado un granito de arena que poco a poco va creando la montaña de nuestro carácter. Con otras palabras, podríamos decir que somos las huellas de nuestros compañeros de viaje.
Resulta curioso ver como, si nos paramos a analizar, todas las personas importantes que has conocido dejaron un pequeño rastro en ti.
Rara vez todos esos granos provienen de una única etapa de tu vida, algunos individuos habrán dejado su trocito en la niñez, otros en la adolescencia, etc...

Pero más interesante resulta ver como, al pertenecer a otras etapas de nuestra vida, muchas de aquellas personas que han sido tan trascendentales y que forman parte de ti se desvanecieron con el tiempo. El ver como el ser humano, en su más cruda naturaleza, es capaz de dejar de lado, olvidar y romper todo lazo con aquellas personas que en cierto sentido te han definido resulta escalofriante.

Habrá quien llegue a pensar que realmente esto lo que significa es que el ser humano tiene una capacidad de superación que le permite dejar de lado tan notables influencias para empezar de cero.
Pero, ¿es esto realmente una capacidad de superación o simplemente una carencia de moral?
Desde el punto de vista del servidor prescindir de aquellos que tan importantes fueron y para los que tan importantes fuimos no resulta ético.
En ese caso, ¿por qué llega a ocurrir esto a veces sin que nos demos cuenta?
Dando vueltas a esta cuestión me llegó a la mente la idea de que somos una especie utilitaria. Es decir, valoramos el mundo que nos rodea en función de su utilidad. Si hay algo que carece de utilidad acabamos prescindiendo de ello, de manera consciente o no.
Cuando ya no compartes aficiones con un amigo poco a poco dejas de verle tan a menudo, dejando que el silencioso yugo del olvido acabe rompiendo esa amistad. ¿Casualidad o resulta que dicho amigo ya carecía de utilidad?
Pero un error sería pensar que esto sólo ocurre con relaciones de amistad, valoramos todo tipo de relación en pos a lo útil que nos sea esa persona.
No somos más que crueles especímenes que prestamos atención a lo que necesitamos en la etapa de nuestra vida que vivimos, olvidando lo vivido anteriormente.

Aprendemos historia en las escuelas, pero olvidamos nuestra historia, desconociendo y por tanto no valorando como hemos llegado a ser lo que somos.


UTILITARISMO es nuestra definición.





Rubén Alepuz.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Sobre tradicions...


Tenim el cap ben dur, l'humà és el més cabut de totes les espècies. Ens ancorem a tradicions “ancestrals” que hom sap que no són “bones”, que no ens reporten res beneficiós i que a més poden perjudicar. Em refereix, per exemple, a la tauromàquia: -Es que es una tradición, y hay que respetarla. -Es un arte de hace siglos.
Qui dicta que s'haja de respectar? Ningú. La societat. Per què? Perquè som cabuts, els més cabuts de tots. Tots, tant els qui recolzen la tauromàquia com els qui no, sabem que és un acte cruel i agressiu. Sabem que no ens reporta res, ni tan sols reporta felicitat a qui ho recolza, perquè en els fons te remordiments: sap que l'animal ha sofert, sap que no s'ha realitzat aquest acte per necessitat, com per menjar, sap que s'ha fet per pur plaer per veure a un animal indefens davant la situació extrema de canviar-lo d'hàbitat, “jugar” amb ell, amb el seu desconcert, i finalment matar-lo heroicament davant un públic expectant de sang i mancat de sentiments.

En la conservació de tradicions hipòcrites i perjudicials també entren en contacte moltes pràctiques religioses, el rol patriarcal, la no acceptació de la igualtat de la dona, l'amor exclusivament entre home-dona...

Fa uns anys, vaig haver d'escoltar una classe on el professor deia que les dones no hauríem de dur pantalons, que sempre havíem vestit faldes i que era una tradició que s'hauria de respectar i complir. Els homes pantalons i les dones faldes. Si per respectar la tradició fóra, hauríem d'anar tots vestits amb draps medievals, o amb llençols grecs, o amb pells d'animals ja extingits, o nus...
No trobeu que és hora ja de fer una selecció, buscar les bones tradicions, les beneficioses i acoblades al segle en el que estem (el XXI, per si algú encara no ho sap i segueix en el passat)?
El que no podem fer és avançar tant tecnològicament i conservar rituals que hui dia ja no tenen justificació alguna.

Ara us toca a vosaltres pensar i seleccionar les “bones” i les “males” tradicions. Fora!








MAR :)

lunes, 28 de octubre de 2013

Incoherencias



“No antepongas el derecho individual al derecho social” decían. “¿Cuál es más importante?” nos preguntaban.

Señores, vivimos en una sociedad que a parte de ser egoísta e individualista, es hipócrita. Sólo nos preocupamos por las cosas cuando nos conciernen a nosotros, sin hacer caso ninguno al resto. Pero luego osamos decir que, por ejemplo, ir a clase el día de huelga es anteponer un derecho individual a un derecho social, algo, según dicen, erróneo. Pero, ¿hay razón alguna en esa frase? Sí, claro que la hay, y mucha, pero sigo manteniendo que el individualismo abunda en la gente en estos tiempos. Si los recortes no nos afectaran a todos nosotros, sino, por ejemplo, solo a una comunidad que está alejada cientos de kilómetros, dudo que se hiciera una huelga en las otras. ¿Por qué? Porque no vemos nada más allá de los límites de nuestras narices.

Esto lo podemos observar a escala mundial. Otra vez el ejemplo de los recortes. Ya sea en la educación, como en la sanidad; muchos salen a manifestarse, se hacen piquetes y se lucha por una vida mejor. Pero claro, que haya millones de personas explotadas de otros territorios como China o India que sufran lesiones y enfermedades, y que se violen sus derechos humanos haciéndolos trabajar día y noche en fábricas, convirtiéndolos en esclavos para saciar la sed que tenemos de consumir, ya no nos preocupa tanto.

Sí, vemos documentales, noticias en la televisión y en Internet sobre aquellos explotados y nos ponemos la mano en la frente diciendo: “¿qué está pasando en este mundo? Qué decepción la especie humana...”. Pero unos minutos después escuchamos nuestra canción favorita, quedamos con los colegas o vemos una serie. Dejamos de preocuparnos sobre aquellas personas, no luchamos por ellas ni por sus derechos como lo hacemos por los nuestros. Claro, como no me pasa a mi, no pasa en mi país, mejor no preocuparme, ya se hará algo, esperaré a que se resuelvan las cosas. Y con esto, después tenemos el valor de decirle a uno, “¡Eh tú! ¡No vayas a clase, esquirol! ¡Antepones tu derecho individual a un derecho social!”. Hipocresía en estado puro.

¿Qué quiero decir con todo esto? Mi intención es hacer pensar un poco. La verdad es que la gran mayoría anteponemos nuestros derechos a los del resto y no nos preocuparnos por los demás. Solo es cuestión del azar que los derechos por los que luchamos sean los mismos por los cuales lucha el resto. En mi opinión todos deberíamos de reflexionar antes de hablar sin tener claro que nuestra crítica no va dirigida, en realidad, a nosotros mismos.


miércoles, 23 de octubre de 2013

Sobre la LOMCE y otras cuestiones filosóficas

Hoy, día 22 de octubre, comienza la huelga de estudiantes que terminará el día 24 y que está motivada por la LOMCE, la nueva reforma de educación propuesta por el Ministro Wert. Sin entrar en opiniones individuales sobre política me gustaría hablar sobre el daño que esta reforma puede hacer a los estudiantes de Filosofía.

En primer lugar, hay que decir que el alumno de primaria, ESO y bachillerato tendrá diferentes grupos de asignaturas que serán troncales, específicas y de libre configuración autonómica (en sus respectivas lenguas).
Además, con esta reforma educativa los estudiantes tendrán más dificultades para progresar, pues con (entre otras cosas) las reválidas no estamos favoreciendo un mayor nivel académico sino poniendo más trabas al alumno, ya que no fomentará el trabajo en equipo ni la expresión oral que son tan necesarios para el futuro de éste. En su lugar, hará pasar pruebas finales a los alumnos para pasar de grado.

Esta ley afecta a la filosofía porque reduce las horas lectivas obligatorias de esta materia: se elimina la asignatura de Educación para la Ciudadanía que se impartía en 1º de la E.S.O, además únicamente se impartirá la asignatura de Filosofía en 1º de bachillerato de manera obligatoria, ya que en 2º de bachillerato pasará a ser optativa.

Sinceramente, estoy harto de que la gente opine que el saber filosófico que aporta la carrera es inerte e inútil. Pienso que la carrera de Filosofía debería tener muchas más salidas porque es un saber completo, cuanto más sabes acerca del mundo que te rodea mejor puedes desarrollar el conocimiento que te aporta la carrera, no como en la gran mayoría de grados, en los que sólo se buscan especialistas o técnicos en esa profesión. Uno de los problemas de esta reforma educativa es que ya no se educa al ciudadano sino a miembros productores del mercado laboral, así se mercantiliza la educación con un carácter marcadamente neoliberal; esto puede favorecer al individuo pero en absoluto a la sociedad.

En la primera clase de cierta materia se nos preguntó por qué queríamos estudiar filosofía. Quiero estudiar Filosofía para ser alguien productivo para este mundo, el cual está falto de ética y de valores y sí, cada vez es más difícil luchar por conseguir los objetivos.

Quiero poder salir de la caverna con todas mis fuerzas y ver la luz de un mañana mejor.




Pablo Ferrer

martes, 22 de octubre de 2013

Mírate


Te veo mirándome al otro lado de un cristal. De pie. A dos centímetros de distancia y a mi misma altura. Tu expresión y la mía se asemejan ¿Estarás pensando lo mismo que yo? Yo estoy pensando en cargarme el cristal.

Quiero tocarte y que me sientas, pero como siempre, solo siento frío al intentarlo por culpa de este maldito cristal. Quiero poder verme con tus ojos y que te mires con los míos.
Quiero conocerte, que me cuentes quien eres y qué has venido a hacer a este mundo. ¿Por qué me miras cuando me asomo? En  tus ojos solo veo la locura del que se mira a si mismo buscando algo. 


¿Quién de los dos está encerrado tras un muro de cristal? 

Creo que, para ti, el tiempo se detiene cuando te observo y solo avanza cuando me marcho. En ocasiones tu cambio es tal que me asombro y te contemplo tanto rato que el tiempo se detiene por largo tiempo. Pero como siempre, quedo sin saber de ti.
Eres imposible de conocer, siempre en silencio y observándome. Nunca he visto que tu atención no esté puesta en mí.
¿También querrás descubrirme?
¿Qué sientes cuando me ves?

Tú pareces tener la solución a todas mis preguntas pero no sé como sacártelas. Dame una directriz, dame un camino que seguir, indícame un señuelo y no volveré a preguntarte, pero deja de mirarme mudo en rostro y en el habla.

Lo voy a volver a intentar, voy a cruzar.

Como siempre, solo queda sangre en mis nudillos y mis ojos solo ven un espejo roto que ahora ya no proyecta nada. Te desfiguraste. Desapareciste. Y lo peor de todo es que te volveré a encontrar mirándome, mudo, como siempre.








Mendigor



lunes, 21 de octubre de 2013

Sin juventud no hay vida/ Una noche con John Lennon.

Hace unos días, durante una de las muchas y agradecidas "conversaciones filosóficas" con mis compañeros de carrera se nos planteó el siguiente tema: La imposibilidad de ser libres en una sociedad opresora. Este debate produjo en nosotros el más famoso síntoma del revolucionario: La frustración. A partir de esto, me gustaría poder divagar y mostraros la manera en que yo concibo la felicidad y, de alguna manera, la libertad, dentro de dicha opresión.

Vivir es estar oprimido. Esa es la realidad, al menos por el momento.
Día a día, quiénes somos conscientes del caos vital presente en el mundo, nos frustramos con la manera en que este está organizado. Cambiar las cosas es una utopía dentro de esta sociedad, y ello hace que muchas veces nos planteemos si el vivir es una virtud o un castigo. Es cierto que sin una concienciación social a nivel mundial la cosas no pueden cambiar. Vivimos en desigualdad y por ello no somos completamente libres.

Ante esta argumentación me gustaría presentar aquello que sí puede hacernos libres, a nivel mental, dentro de esa opresión social. Para mí, la solución, por llamarla de alguna manera, se halla en poder actuar sin prejuicios, en poder sonreir como idiotas ignorando a aquellos que no saben que sonreír no es de ignorantes, sino de luchadores. Poder ser jóvenes eternamente, mentalmente. Con ello, no quito que no debamos  dejar atrás las preocupaciones por la corrupción humana, sino que, siendo libres a ese nivel, podremos ayudar, de nuestra manera, a derribarla.

Por lo tanto, y por muy estúpido e infantil que suene, mi opinión se fundamenta en el amor como elemento esencial para conseguir ser libres, en reírnos del mundo e incluso de nosotros mismos, en poder disfrutar, dentro de esa frustración vital, de lo bueno de la vida. Parece que a veces se olvida, pero pienso que si la gente se plantease pensar de esa manera quizás no hubiésemos llegado a este punto. Y no es que piense que sonriendo se salve el mundo, pero si pienso que ayuda más que la resignación a ser infelices por el hecho de estar oprimidos.


Christian Pressure

jueves, 17 de octubre de 2013

La Muerte

La muerte...El final...Cuando estas dos palabras se agolpan en nuestra mente se nos produce un sentimiento de miedo, que nace desde lo más remoto de nuestro ser. Pero, aunque mucha gente no lo diga, el miedo a lo que pasará tras nuestro último halo de vida sucumbe al corazón de todo aquel que se haya parado a pensar en ello con detenimiento. Nunca sabes cuando será, cuando la espada de Damocles caerá sobre el fino hilo que separa el insistente latido de tu corazón de la incertidumbre sobre lo que sucederá cuando este último haya pasado. Porque la muerte siempre ha existido, y siempre acompañará a cualquier ser viviente. Algunos prometen vida eterna en el más allá, otros una reencarnación en algo, dependiendo de tus acciones realizadas en la vida que viviste antes: Un escarabajo, una brizna de hierba, una lágrima... Pero a pesar de lo que prometen, nadie se centra en ese preciso instante en el que la vida toca a su fin, sino que intentan buscar la solución a algo que es imposible solucionar. Todos los recuerdos, las pasiones, las lágrimas, las sonrisas...se perderán para siempre tras el último suspiro, aunque siempre serán recordadas por aquellos con los que compartisteis esos momentos. Ese " te quiero" que nunca dijiste, ese beso que nunca te atreviste a dar, esa despedida truncada que ya no se producirá... Son dolores que van agravando el alma durante la vida y que solo una potente morfina como es la muerte logrará calmar para siempre.
Pero, por ahora, estamos vivos. Y es ahora cuando debemos decir ese ansiado "te quiero", cuando debemos besar a la persona amada y a la no amada. Ahora es cuando se nos plantea esa cuestión tan enrevesada de cómo debo vivir. Ahora es cuando ese tren está pasando, y ahora es cuando hemos de cogerlo. Epicuro dijo: " La muerte no nos concierne. Pues mientras existimos, la muerte no está presente. Y cuando nos sobreviene la muerte, nosotros ya no existimos"


Carlos Masia

martes, 15 de octubre de 2013

¿DESTINO?

No pretendo parecer existencialista (aunque utilizaré ciertos términos propios de esta tendencia), ni pretendo, al menos directamente, hablar de libertad. Tampoco convenceros, lectores, de que el destino no existe, sólo expresar mi opinión al respecto.

El controvertido término “destino” esconde, en lo más hondo, un miedo, una excusa, es sólo algo a lo que aferrarte cuando lo que quieres es negar que tú tienes las riendas de tu vida.  Creer en el destino no es más que una escapatoria. El hecho de achacar ciertas cosas a una predeterminación, es una salida para no aceptar que todo lo que nos ocurre es de manera directa o indirecta consecuencia de nuestros actos. Todo pasa por algo. Nada está por encima del ser humano, ninguna divinidad que nos dé las pautas de nuestra vida.

Aunque aparezca aquí el concepto de situación, y sí que haya ciertos momentos en los que no podemos actuar como queremos porque las circunstancias nos son de alguna manera impuestas (a esto me refería con “de manera indirecta”) por actos ajenos que nos repercuten (¿es esto a lo que llamamos casualidad?), al fin y al cabo siempre es decisión nuestra. No se nos impone nada ni antes de nacer, ni durante la vida; no hay ningún fin escrito, todo son resultas.

El mundo no nos depara nada, somos nosotros mismos los que vamos a por él, a buscar experiencias, y no se debe atribuir una consecuencia, ni buena ni mala, a algo que sea exterior a nosotros. Cada uno hace su vida, y es triste pensar que no es así, pues si la controlan desde el exterior ¿qué pintamos nosotros?

Debemos concienciarnos de que tenemos que llevar las riendas, no dejarnos arrastrar. Al fin y al cabo, lo único que está inevitablemente fuera de nuestro alcance, es la muerte.





Irene Abarca.