¿Por qué seguir las normas
establecidas? ¿Por qué aceptar unos valores obsoletos con los que
no estamos de acuerdo? ¿Por qué creer ciegamente en unas ideas si
puedes crear las tuyas propias?
La sociedad nos ciega. Nos dice qué
está bien y qué está mal. Debemos confiar y actuar como nos digan.
No pensamos, nos “dejamos llevar” dentro de las pautas
preestablecidas que nos inculcan.
Tenemos bases más que suficientes para
labrarnos nuestro propio pensamiento, nuestras propias ideas. Abramos
los ojos. Dejemos de creer.
No digo más. No pretendo convencer.
¿Quién soy yo para deciros lo que debéis hacer? Juguemos a ser
Dios.
Irene Abarca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario